domingo, 14 de junio de 2009

Una invitación en el facebook

Recibo una invitación para unirme a un grupo de protesta ante un hecho intolerable: Los pescadores de la isla de La Reunión utilizan perros y gatos vivos como carnada para pescar tiburones. Al parecer les clavan anzuelos en el hocico y en las extremidades y los dejan flotando en el mar, amarrados a una boya. Durante la noche, los tiburones se sienten atraídos por la sangre y el pataleo de los desesperados animales y caen en la trampa, y a la mañana siguiente los negritos ya tienen su flamante tiburón, que venderán a precios interesantes para cubrir la demanda del mercado japonés (donde la idea de que si te comes la aleta del escualo se te pone tiesa sin necesidad de viagra está causando la extinción de este superviviente marino del jurásico) .

Inicialmente pienso que se trata de un hoax, uno de esos rumores inventados que afloran en internet, como la historia de los gatos esféricos encerrados en peceras o la de los engendros genéticos que emplean McDonald’s o KFC. Pero, después de buscar un rato en el google, la cosa adquiere visos de realidad. La noticia la reseñan, entre otras fuentes más o menos creíbles, National Geographic.

Encuentro que el grupo de fb ya tiene 1,5 millones de miembros, la meta son 5 millones. Se busca presionar al gobierno de Madagascar para que impida ipso facto esta práctica aberrante.

Y pienso en lo hipócrita y corto de vista que termina siendo siempre el ser humano. Sí, es horrible y repugnante lo que hacen con los perros y gatos (aparentemente existen miles de animales realengos en La Reunión, de manera que no resulta difícil satisfacer la demanda de carnada) , pero, ¿acaso resulta  más horrible que el sufrimiento de toros y caballos en las corridas de toros, o el de millones de ratas, simios, conejos, cobayas y otras especies que se matan cada año entre terribles torturas con el fin de producir medicinas, cosméticos o armas, o que la matanza (muchas veces cruel y sin control) de millones de vacas, cerdos, gallinas y otros animales para que tengamos nuestros mercados llenos de rica carne empaquetada (de la que gran parte se perderá, porque nadie la va a consumir), o que las torturas a las que se somete a los gansos para que podamos presumir de nuestro foie gras o para soñar nuestros dulces sueños de bienpensantes con nuestras mullidas almohadas, o la de las martas, visones, focas, etc. que dan su vida para que un imbécil adinerado pueda exhibir su poderío económico al regalarle un abrigo a una mujer (para de paso ver si ésta le abre las piernas)? Etc etc. Uno de los pilares de nuestra civilización se basa en el sufrimiento que se ha causado sistemáticamente a incontables animales a lo largo de los siglos, nos guste o no nos guste. Pero nosotros, los ricos de Occidente, pulsamos la tecla del mouse, entramos en el grupo y nos damos palmaditas en la espalda porque gracias a nosotros el mundo es un poquito mejor.

1. Los gatos y los perros son tan sensibles como el resto de especies, y no veo por qué sólo nos sensibilizamos con ellos y no con el resto. Sí de verdad nos choca esta práctica, seamos consecuentes y modifiquemos nuestra conducta como consumidores (es decir, no les demos nuestro dinero) a las personas, empresas, estados que matan a otras especies, aunque no sean tan "acariciables" o cercanas como los gatos y los perros.

2. Si a mí me dan a elegir, me parece que por lo menos los negritos de La Reunión, depauperados, incapaces de sobrevivir mediante la pesca tradicional (debido a que la sobrepesca que llevaron a cabo los países europeos durante años dejó los mares casi vacíos), que no tienen los medios para llevar a cabo campañas de limpieza en los medios de comunicación y sobornos para las autoridades, se encuentran luchando por sobrevivir. Eso me inclina a justificarlos más a ellos que a las ricas empresas de Occidente, tan éticas ellas.

2 comentarios:

Alfonso dijo...

Mariano. Un articulo muy bueno.

Mariano Ramírez Gisbert dijo...

Otra vez gracias. Eres, sin duda, mi mejor lector y el único que deja comentarios...