lunes, 9 de febrero de 2009

Aniversarios II

En noviembre de este año se cumplen 20 años de la caída del Muro, del fin del telón de acero (eso significa que para los niños nacidos en 1989, que ya estudian en la universidad, la guerra fría es algo que conocen (si es que alguna vez oyeron hablar de ella) por referencias). Yo, que sí me acuerdo de esa época porque ya tenía uso de razón, a veces quisiera que regresara el telón de acero. Ya sé que no es políticamente correcto, que muchos de los que lean esto se ofenderán, que en el fondo no lo digo en serio, pero yo sigo en mis trece: A veces quisiera que regresara el telón de acero. O que nunca hubiera desaparecido. Piénsenlo un poco. Todavía existiría la Unión Soviética, que continuaría siendo el malo de la película. Un malo colosal, fácilmente ubicable en el mapa, bien conocido y por tanto previsible (no como los malos de ahora, plurales, diminutos, escondidos, guerrilleros, imprevisibles en cuanto suicidas). Un malo ideológico, filosófico, económico, con el que era posible dialogar (por lo menos hasta cierto punto) y que estaba convencido (más allá de los hechos) de que su sistema triunfaría porque era el más adecuado para el ser humano, que no quería destruirnos sino convencernos (no como los malos de ahora, que son religiosos y extremistas, para los que las únicas formas de conversación que parecen válidas son la prédica, el sermón y las consignas, que no pretenden triunfar sino con la destrucción de sus enemigos, es decir, con nuestra destrucción). Un malo que disponía de un arsenal destructivo enorme y que al mismo tiempo tenía mucho que perder, lo que aseguraba una paz que, aunque tensa, resultaba pacífica (no como los malos de ahora, contentos de inmolarse por su causa, generadores de paranoia compulsiva, distribuidores de bombas). Un malo que quería ser mejor que nosotros en todo, la ciencia, las artes, la filosofía, los deportes, de modo que terminábamos dedicando un gran esfuerzo a destacar en esos campos, para demostrar con amplitud que nosotros y no ellos eran los mejores (no como los malos de ahora, atrasados, bárbaros, convencidos de que todos esos campos del quehacer humano representan un peligro para el ser humano por lo que implican de libertad del pensamiento y porque lo alejan de su única misión en la Tierra: rezar). Resumiendo: Un malo que era nuestra némesis, nuestra imagen especular, nuestro hermano mellizo, un “malo bueno” que nos obligaba a estar al pie del cañón (no como los malos de ahora, inhumanos, virulentos, misóginos, extraños, malísimos).

Claro, no hubiéramos tenido la gran fiesta de la caída del Muro, ni la ilusión de que, por fin, en el mundo reinaría la paz (ilusión que, la verdad, duró bien poco). Pero Rusia no se hubiera convertido en el “Salvaje Este” ni representaría el lado más oscuro del capitalismo, los alemanes orientales no estarían añorando (como ahora hace la mayoría) los tiempos de la RDA (estarían quejándose por tener que vivir en ella, pero tendrían trabajo y un mayor bienestar), el centro de Praga no se habría convertido en un gigantesco centro comercial y Cuba continuaría siendo aquel mundo de fantasía tan lindo y estimulante de la década de los 70 y 80 gracias a la caudalosa transfusión de fondos soviéticos. Seguiríamos leyendo las novelas de espionaje en las que los enemigos eran de la KGB, visitando Moscú para comentar que un tipo raro no nos dejaba de seguir todo el tiempo, seduciendo chicas guapas y hablando de igualdad y fraternidad durante horas en los cafés franceses y creyéndonos lo que decíamos, asistiendo a ciclos de maravillosas películas checas y polacas en blanco y negro, admirando en secreto los logros soviéticos, y (esto sí resulta importante) cuestionando nuestra manera de vivir y pensar. Porque ahora no nos cuestionamos nada y nos creemos que, como fueron ellos y no nosotros los que sucumbieron, teníamos la razón en todo. Nos volvimos todavía más arrogantes e insoportables. Pero las cosas no son blancas o negras, ni todo lo que ocurrió del otro lado fue equivocado. Si la Unión Soviética hubiera perdurado otros 20 años, la crisis actual (por ejemplo) hubiera tenido una lectura muy diferente y ahora tal vez estaríamos hablando del fin del capitalismo como lo conocemos. Entonces ellos se habrían creído los vencedores.

No soy comunista, ni creo que las revoluciones armadas sean nada bueno. No se me escapan los gulags, los horrores de Ceacescu, la Stasi y la KGB, la violación de los derechos humanos en Cuba y en todo el bloque soviético. Sé que estoy siendo absolutamente egoísta y me disculpo por ello, pero a veces quisiera que regresara el telón de acero. O que no precisáramos de enemigos para cuestionarnos. O, por lo menos, que dejáramos de creernos que fuimos los vencedores de esa guerra fría que se acabó hace veinte años. También la perdimos nosotros.

5 comentarios:

grossomodo dijo...

ay me entra la nostalgia... a mi que vivía del lado de los buenos y quizás le entre también a un funcionario de la Stasi o aun campesino lituano...pero no creo que opinen lo mismo el artista checo que tenía el teléfono pinchado o el escritor ruso censurado.
continuaremos la cotorra en Sancu ...estaremos por allá del 28 de feb al 4 de marzo
besito
m

Mariano Ramírez Gisbert dijo...

La cosa no es tan sencilla, te recomiendo (si no la has leído) la última novela de Milan Kundera, "La ignorancia", especialmente el capítulo 41, que trata de lo que se ha convertido la República Checa después del descalabro soviético. Ya me alegro de verlos!!! Besos...

Anónimo dijo...

La verdad es que siempre sed vive del lado de los buenos, cosa de la propaganda.

Me acuerdo claramente. Estaba esperando en 4 para ir al instituto, ese día, iba tarde y me encontré en la parada con Martin (sin acento en la i) Mi gran amigo aleman:

- "Alfonso, ¿no te has enterado?"
- "no ¿que pasó?"
- "Ha caido el muro"

Esos momentos que uno siempre recuerda.

grossomodo dijo...

bueno bro, más posteo y más agilidad!
¿esa novela como que no va ser pa este año?
aquí te mando un link de un escritor venezolano que es como el cheo hurtado de la escritura. bloguística espero que te inspire:

http://juancarloschirinos.blogspot.com/

grossomodo dijo...

como siempre los puntos y las comas no están en su sitio, espero que como buen locutor que eres, le des la entonación correcta al comment anterior.
besos!